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jueves, 25 de febrero de 2016

Pequeño texto - Prólogo de una historia

¿Hola! :D Lo sé, no entendéis mi alegría teniendo en cuenta el tiempo que lleva este blog en paro pero tengo poca inspiración/ansias de escribir últimamente.  Este texto surgió a raiz de una tarea de traducción, la cual era probar un programa llamado bi-text que sirve para juntar texto y traducción en un solo archivo, entre otras cosas. Nos decía de probarlo con un texto bilíngue de alrededor de 200 palabras y decidí intentarlo con lo que sería el prefecto prólogo para una historia nueva de Sean y Giannira. Sin juegos, ni Capitolio, aunque con bastante drama también. Me encantan estos dos. *-* Os dejo el texto.



Una chica de largos y ondulados cabellos, castaños, iba caminando hasta su instituto, bajo un cálido sol veraniego. Intentaba no pensar en el tiempo que le quedaba por terminar, que no paraba de reducirse a pesar de seguía sintiéndose perdida. Desde pequeña solo había tenido un objetivo claro, enfrentar su mayor miedo. Un objetivo que no podía cumplirse porque el mencionarlo hacía pensar que ella estaba loca.

Solo había una cosa que Giannira temiera más que nada en el mundo: El fuego. Parecía lógico, pero a la chica que caminaba aquel día, ella, Giannira, la tenía obsesionada. Quería superarlo. Lo necesitaba porque bajo ese miedo se escondía una gran tragedia.

Hace años, cuando ella era una niña, sus padres murieron en un incendio.

Y desde entonces cualquier cosa que arde le provoca pavor. Es incapaz de reaccionar siquiera ante el dolor de una quemadura, solo recuerda las llamas, los gritos, el correr para librarse del fuego que calcinaba su edificio... Cuando salió al exterior les suplicó a los bomberos que ayudaran a sus padres, pero nada pudieron hacer. El edificio se derrumbó antes de que les diera tiempo a sacarlos.

Nunca ha conseguido borrar el hecho de su memoria, menos aquel deseo. No quiere la muerte, solo ser capaz de reaccionar si algo se quema en su presencia. Es el mejor modo de pasar página, superarlo todo, el miedo incluido. Lo que menos se esperaba es que aquel día la clave para superar su miedo aparecería ante sus ojos. Y esa clave tenía un nombre.


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