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viernes, 1 de febrero de 2013

Añoranza| Relato corto, muy corto











Elvira corría por las calles casi anegadas de agua dirigiéndose a la universidad. Como odiaba la lluvia, si fuera por ella no saldría de casa pero tenía clase. En Santiago, estaban a finales de enero, envueltos en el clásico invierno lleno de frió y lluvia. Elvira suspiró, añoraba el invierno de su ciudad natal; la nieve blanca adornando el paisaje, las fuentes congeladas, ella de pequeña jugando con bolas de nieve. La helada en las ventanas, su ropa de lana tan calentita. Le gustaría estar de nuevo allí, jugar con sus amigos, hacer muñecos de nieve y caminar por los caminos ennevados. Deseaba ser más joven, incluso niña, para poder pasar el día en casa bien abrigada entre mantas, con un chocolate caliente y viendo una película. Eran tiempos más sencillos, sin preocupaciones. Tiempos que añoraba.